Segundo Domingo de Cuaresma: Bajar de la Montaña

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P. JAMES MARTIN, S.J. | 28 de febrero de 2021
Lecturas de hoy
Reflection in English

“Jesús nos pide compartir con los demás, los frutos del tiempo que pasamos con Dios. Nos pide bajar de la montaña. Y hacer el trabajo duro –pero recompensante—de ser un apóstol de la justicia social.”

En el último día de mi primer retiro como novicio jesuita, mi director espiritual me dijo: “¡Tiempo de bajar de la montaña!” No tuve idea de lo que estaba hablando. Así que dije… ¿Ah?

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Mount Tabor

Sonriendo, me hizo recordar el pasaje del Evangelio de hoy, la historia de la Transfiguración, cuando Jesús es “transfigurado” ante tres de sus discípulos más cercanos (de la palabra griega “metamorfosis” que significa cambio). Es un texto misterioso, en el cual la identidad de Jesús como Hijo de Dios es revelada, nuevamente, a los discípulos.

En respuesta, los discípulos se quieren quedar. “Construyamos tres tiendas”, dice Pedro. ¿Y quién no? ¿Quién no quisiera quedarse con Jesús allá arriba para siempre, alabándolo y disfrutando de su gloria?

Pero no es eso a lo que estamos llamados. Siguiendo el ejemplo de Jesús, los discípulos “bajan de la montaña”. Retornan a la rutina diaria del trabajo de ser discípulos.

El trabajo por la justicia puede ser difícil. Hace unos años atrás, le pregunté a la Hermana Helen Prejean por qué pareciera que las personas que trabajan por la justicia, dan la impresión, que están con rabia. Me dijo que era porque muchas veces es difícil ver efectos reales. Pensemos en cuánto tiempo dedicó la Hermana Helen a trabajar para abolir la pena de muerte (décadas) antes de que el Papa Francisco la declarara “inadmisible”. El trabajo por la justicia es necesario, pero difícil.

Después de un momento de consolación en la oración, una liturgia muy emotiva, un retiro satisfactorio, un libro inspirador, una hora de conversación espiritual, o una caminata por el bosque en silencio con Dios, muchas veces no queremos hacer nada más sino quedarnos ahí. Pero Jesús nos invita a compartir con los demás, los frutos de nuestro tiempo con Dios. Quiere que bajemos de la montaña. Y hacer el trabajo difícil pero recompensante de ser un apóstol de la justicia social.

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