Cuarto Domingo de Cuaresma: “Si me olvidara de ti, que mi lengua se silencie”

POR DANIELLE HARRISON | 14 de marzo de 2021
Lecturas de hoy
Reflection in English

“Si me olvidara de ti, que mi lengua se silencie” 

[En memoria de tres parejas de esclavos, Tom y Polly, Moses y Nancy, Isaac y Succy, que acompañaron a los pioneros fundadores, y cuyo trabajo, no dar libremente, ayudó a establecer la presencia jesuita en el medio oeste de los Estados Unidos.]

Hace unos años, estuve en el campus de “Georgetown Visitation” en Washington DC. Fue mi primera vez ahí, aunque yo tengo una larga historia con el carisma de los colegios “Visitation”. Estudié doce años en la Academia “Visitation” en St. Louis Missouri, lo que considero “una vida”. “Georgetown Visitation”, recientemente hizo pública su historia de esclavitud y como mujer afroamericana me sentí golpeada.  Me encontré caminando libremente en lugares donde mis hermanos afroamericanos trabajaron muy duro hace doscientos años. Me paré al lado de uno de los edificios más antiguos, una cabaña, y escuché las voces de mi gente diciendo… “Danielle, no nos olvides… no nos olvides”.

“Si me olvidara de ti, que mi lengua se silencie” 

Un año después, decidí ser parte del Proyecto Jesuita de Reconciliación, Memoria, Historia y Esclavitud. En mi primer encuentro, participé en un panel, respondiendo a la historia compartida por nuestra coordinadora de investigación, Kelly Schmidt, sobre los jesuitas y la esclavitud. Kelly se esforzó para repetir los nombres de aquellos a los que los jesuitas habían dejado sin nombre por mucho tiempo. Contó sus historias con dignidad y respeto. Me acuerdo que pensé: “si hubiese estado viva 200 años atrás, seguramente no habría estado sentada en este panel, sino más bien afuera en los campos”. 

“Si me olvidara de ti, que mi lengua se silencie” 

El salmo responsorial de hoy es un lamento de los israelitas en cautiverio. Los babilonios los ridiculizaban diciendo: “Cántennos uno de los cantos de Sión”. No parece tan distinto de lo que vivieron aquellos que fueron esclavizados en los Estados Unidos, cuyos sufrimientos fueron perpetrados por los mismos hombres y mujeres cuya misión era compartir el amor de Dios.

“Si me olvidara de ti, que mi lengua se silencie” 

Pero hay esperanza. Los israelitas no pararon de cantar al Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Los que fueron esclavizados en los Estados Unidos, del mismo modo, no pararon de invocar al Dios de Moisés, que vendría a liberar a su pueblo. Y yo tampoco puedo esconder lo que este país ha tratado de esconder en la oscuridad. Este tiempo de Cuaresma es un tiempo para recordar. Es un camino que nos lleva a mirar el sufrimiento y a reflexionar personalmente. También es un tiempo para que nosotros encontremos un modo de prestar atención a nuestros corazones y a proclamar, “En el desierto, preparen el camino del Señor”. 

Para la Reflexión:

  • ¿Cómo está llamado a vivir, durante la Cuaresma y más allá, como alguien que recuerda, y luego como alguien que encuentra esperanza en preparar el camino del Señor –un camino hacia la justicia? 
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