Domingo de Pascua: Nuestra Verdadera Herencia

BY P. GREG BOYLE, S.J. | 17 de abril de 2022
Lecturas de Hoy
Reflection in English

José se levantó para hablar desde podio en un gimnasio lleno de adolescentes. Tiene 37 años y 20 de esos años, estuvo confinado en una cárcel. 

Comparte su primer recuerdo. “Tenía cinco años, y seguía interponiéndome entre mi papá y mi mamá mientras él seguía golpeándola”. El padre continúa dándole manotazos al niño para que se aparte, pero José sigue regresando. Finalmente, el padre va a la cocina y agarra la olla de frijoles que estaba hirviendo en la estufa y la derrama sobre su hijo. Todo el gimnasio reaccionó con sorpresa. “Toda mi piel se peló. No fui al hospital, porque mi papá dijo: ‘Nadie sopla en esta casa’ “.  

José es arrestado por primera vez a los diez años, por vender drogas para su padre. Regresa a casa, ya no quiere vender drogas, por lo que el padre echa a José de la casa. Ahora tiene once años y no tiene hogar. Entonces, se une a una pandilla.  

[Image: Homeboy Industries]

“Estoy agradecido con mi padre por enseñarme cómo no serlo”, dice José. “Aprecio a mis hijos y les digo cuánto los amo. Juego al escondite. Mis hijos me enseñaron como jugar, porque nunca aprendí. Los amo como nunca fui amado”. 

El poeta David Whyte nos dice: “recordar el otro mundo en este mundo es vivir en tu verdadera herencia”. El Cristo resucitado no puede ser encontrado entre los muertos. En cambio, la resurrección nos ubica en el aquí y ahora. Después de todo, sólo nos salvamos en el momento presente. Ninguno de nosotros vivirá para siempre, pero seguramente podemos vivir “en la eternidad”. La Vida Resucitada nos invita a una participación plena de nuestra verdadera herencia, aprender a jugar al escondite, cuando nuestra infancia nos lo ha negado. 

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