Cuarto Domingo de Cuaresma: “Si me olvidara de ti, que mi lengua se silencie”
Los israelitas no pararon de cantar al Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Los que fueron esclavizados en los Estados Unidos, del mismo modo, no pararon de invocar al Dios de Moisés, que vendría a liberar a su pueblo. Y yo tampoco puedo esconder lo que este país ha tratado de esconder en la oscuridad.