Miercoles de Semana Santa: ¡Ay de nosotros que no podemos hacerlo mejor!
No es hasta que nos pongamos en sus zapatos, justo allí en el mismo espacio donde están, que sentiremos el calor, veremos de cerca sus rostros doloridos, o simplemente nos acercaremos, como nos recuerda el Papa Francisco, para que podamos entender mejor el dolor que pueden estar experimentando.